miércoles, 12 de marzo de 2014

CENEÍ I



-¡Hay que apretar cuea! ¡rajemos!-
-¡Pero por qué!, ¡pero si no hemos hecho ninguna cuestión!- exclaman replicando los compañeros de pandilla
Pero esto nunca se ha tratado de si hicimos o no algo malo.  Nos toco ser los débiles en la repartija de roles, a los que les toca tener que huir. No elegimos este puto juego (más bien este nos eligió a nosotros) y no nos queda más que jugarlo. Ojala la noche con su manto de oscuridad nos volviese invisibles pa que no nos pillen. Yo ya he jugado a esto antes y se perfectamente lo que pasa cuando nos pillan: encierro en el basurero y torturas varias. Por las rendijas de la puerta capaz que nos meen.
Prefiero jugar a las escondidas normales, a la cebollita con pelos o al caballito de bronce, como le dicen en otros lares. Mejor todavía si se pudiera jugar a las pilladas chinas o al semáforo, pero en este grupo somos puros cocos así que no pasa ná. En la noche no jugamos ni al taca taca ni al Nintendo, y los grandes mandan eligiendo el juego, asi que nosotros no tenemos ni pito que tocar.
Ya nos largaron a correr, tenemos diez minutos pa apretar cuea! Dejo atrás varias cuadras a ver si encuentro refugio en algún desconocido block del vecindario. La espera durante el encierro es un infierno, los pasillos del block elegido siguen iluminados advirtiendo nuestra presencia en medio de la penumbra reinante en el resto del vecindario. Mala cosa. En cualquier momento aparecerá uno de los jefes olisqueándonos como un perro hambriento que encuentra su presa.
-Mejor huyamos de aquí. Vamos a los tubos, seguro que ya deben haber buscado allá- les digo a mis compañeros de penurias.
-Es que los tubos están pasaos a pichi- me dice el Panza no exento de razón.
Pero que estén pasaos a pichi es lo de menos, mejor eso a que nos saquen la cresta por culpa de una luz que no se apaga. El Panza se me pega siempre en el escondite porque el loco esta solo en el juego. Su hermano mayor ya esta muy grande y no juega ya con nosotros. Mi hermano en cambio es uno de los jefes y es de los que más mandan porque es el más alto así que el resto de los jefes siempre le respetan.
Al final, si nos pillan, toda la dialéctica de los roles se resuelve en un ínfimo instante. Si en mi hermano pesa más el rol "hermano protector" tendré suerte al menos yo. Si en cambio pesa más el rol de "Jefe de la cuadrilla de matones cenetas" ensimismados en su poder, las veremos verde todos. En caso de zafar mi incógnita es el Panza, ¿acaso le alcanzarán las atribuciones de liderazgo a mi hermano para salvarnos de la golpiza y el pichi a los dos?
Hemos tenido suerte, ni encierro, ni golpiza ni pichi sufrimos. Mi hermano nos salvo. Pero en la cuadrilla de matones protestan exigiendo carne para la picadora. El guatón Jaime que es un jefe más pusilánime y menos respetado no duda en ofrecer para el sacrificio a su hermano pequeño, Rony mocos, a fin de escalar en querencias dentro de la manada de hienas. El mal se apacigua por un instante cuando cobran su cuota de sangre.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario